Se considera un paciente
politraumatizado o traumatizado grave aquel que presenta lesiones múltiples con
afectación de varias regiones anatómicas u órganos, de las que al menos
una puede comprometer su vida, o que van a originar secuelas muy
invalidantes. Es fundamental instaurar una adecuada prevención primaria, es
decir, evitar los accidentes. Sin embargo, una vez que éstos han ocurrido, es
preciso poner los medios necesarios para realizar un diagnóstico precoz de la
situación en el mismo lugar del accidente y el tratamiento adecuado; junto con
una movilización e inmovilización correcta, orientadas a no agravar o no
producir nuevas lesiones (prevención secundaria), trasladando al paciente lo
más estable posible y sin perder tiempo innecesario hasta el hospital más
adecuado a la patología que presente el paciente.
El traumatismo puede suceder por accidentes de tráfico,
armas de fuego, armas blancas atropellos y caídas.
La respuesta
metabólica que presenta el organismo después de una lesión o trauma severo se divide en dos:
- La primera llamada fase de choque o fase de marea: ocurriendo inmediatamente después de ocurrida la lesión durando de 24 a 48 hrs.
- La segunda llamada fase de flujo o de flow, durando tiempo indeterminado según el trauma sufrido por el paciente y su mejora, pasando de aquí a la última etapa que viene siendo la etapa de recuperación.
Para
más información de la respuesta
metabólica después de una lesión o
trauma consultar aquí.
Tratamiento
nutricional.
En los primeros momentos se debe
administrar líquidos y electrolitos al paciente por
medio de una intravenosa para la reanimación y conseguir la
estabilidad.
El paciente con lesión
traumática compleja tiene un gasto energético elevado con un consumo
significativo de las reservas nutricionales, por lo que debe iniciarse la
nutrición tan pronto se logre estabilizar el medio interno y las funciones cardiorrespiratorias.
Generalmente en los primeros
días el paciente está imposibilitado a ingerir los alimentos de forma
oral, por lo que se debe optar por nutrición enteral (NE) y parenteral (NP).
En los pacientes críticos con integridad del tracto gastrointestinal se
recomienda la NE y en los que está en mal estado el tracto gastrointestinal
se recomienda la NP, en algunos casos es necesario administrar los dos
tipos de nutrición.
La administración de
vitaminas (principalmente las hidrosolubles), minerales y oligoelementos deberá
realizarse de forma inmediata. Por vía enteral se utiliza como fuente calórica
y proteica una dieta sobre la base de yogurt, huevo y azúcar; se utiliza un producto elaborado con caseinato,
aislado de soya, fosfátido de huevo y maltodextrina, que no contiene gluten ni lactosa. Los
productos que se utilizan por vía parenteral son como fuente de carbohidratos, la glucosa;
como lípidos, las soluciones de triglicéridos de cadena larga y media
(TCM-TCL); como fuente proteica, soluciones de aminoácidos al 5 y 10 %. Todos
estos productos se utilizan por vía venosa profunda. La utilización de
soluciones lipídicas como mezcla de TCM-LCM al 50 % han reportado efectos
beneficiosos en el metabolismo proteico de los pacientes con lesiones
traumáticas complejas.
En el momento que el
paciente pueda ingerir alimentos de forma oral. Iniciar con dieta líquida (líquidos claros y líquidos completos) hasta llegar a una dieta blanda
hipercalórica e hiperproteica, y
así se aportarían de forma completa
todos los nutrientes.
% de macronutrientes:
- Carbohidratos: 4-6gr/kg
- Proteínas: 1.5-2gr/kg
- Grasas: 1-2.5gr/kg
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