Dietas modificadas en proteínas


La proteína de la dieta proviene de dos fuentes principales: los mayores niveles se encuentran en productos animales, ya sea pescado, pollo, huevos, carne y lácteos, mientras que los niveles más bajos se encuentran en productos vegetales, como el pan, cereales, arroz, pasta y legumbres secas.

Dietas alta  en proteína
La dieta alta en proteínas consiste en consumir un porcentaje mayor de proteínas  de lo indicado en la dieta normal a expensas de los carbohidratos y  grasas, con el objetivo lograr un balance positivo de nitrógeno en pacientes hipercatabólicos o con pérdida masiva de proteínas por la orina. La relación energía-nitrógeno debe ser suficiente y se debe vigilar la función renal.
Este tipo de dieta está indicada en estrés grave, pedidas de las reservas de proteínas, fracturas grandes de huesos, cáncer, politraumatismo,  quemaduras y  VIH en etapas avanzadas.
La cantidad de proteínas que se puede incluir normalmente oscila entre   17-20%.

Alimentos recomendados
Alimentos ricos en proteína como la carne roja magra,  pollo, pavo, huevo, pescado, leguminosas, semillas, frutos secos, leche, queso y  yogurt. Sin olvidar el consumo de verduras, hortalizas, frutas, cereales, tubérculos, azúcares y grasas.

Baja en proteínas
La dieta baja en proteínas está destinada a personas con problemas renales o hepáticos, la restricción disminuye la carga de proteínas en el riñón o el hígado,  órganos encargados de metabolismo  los desechos  de las proteínas,  lo que ralentiza el avance continuo de la enfermedad.
Para controlar la ingesta de proteínas, hay que ingerir fibras, azúcares, cereales, frutas, verduras, grasas y aceites, en niveles suficientes para satisfacer las necesidades de energía diarias. Pero las proteínas jamás  deben  ser eliminar por completo de la dieta.
Si una persona es diabética, la dieta también se debe ser diseñar para controlar el azúcar en sangre.
La cantidad de proteínas que se puede incluir en la dieta depende del grado de daño renal o hepático y la cantidad de proteínas necesarias para que esa persona mantenga una buena salud. Normalmente oscila entre   12-8%.
Normalmente en este tipo de padecimientos también debe de haber una   restricción de  sodio y  en caso de presentar edema   restricción  de líquidos. 

Recomendaciones para la preparación de alimentos. 
  • Remojo. Las hortalizas, verduras leguminosas y papas se deben poner en remojo mínimo durante 12 horas. 
  • Doble cocción. Cuando se terminen de remojar los alimentos, importante tirar esa agua y poner nueva. Poner a cocer los alimentos con nueva agua y cuando hierva tirar esa agua y pasar los alimentos a otra olla con agua hirviendo para que se termine de cocinar. Se debe desechar el caldo de la cocción, nunca consumirlo. 
  • Desalar los alimentos enlatados. Escurrir los alimentos y ponerlos en remojo durante 2-3 horas.
  • Métodos de cocción: utilizar métodos como hervidos, a la plancha, al vapor y al horno para cocinar.

Alimentos permitidos 
  • Frutas y verduras preferentemente cocidas.
  • Alimentos de origen animal: una vez al día, preferir leche descremada, quesos sin sal y de bajo contenido graso, huevo, carnes  blancas, pescado y carnes rojas magras
  • Cereales: combinar entre el consumo de los blancos y los integrales.
  • Leguminosas: poner en remojo, solo consumirlo una vez a la semana. 
  • Grasas: grasas de origen vegetal 
  • Azúcar, miel y jaleas
  • Bebidas sin gas e infusiones como té y mates livianos

Alimentos prohibidos
Carnes de gran contenido graso (cerdo, cordero, pato, fiambres, embutidos), mariscos (por ser alergénicos), alimentos ahumados, chocolate y sus derivados, panadería o confiterías, pan, bolillos, galletas saladas, sal, alcohol, picantes, alimentos congelados y enlatados (estos últimos se pueden consumir si se utiliza la técnica de desalado, y este consumo será de forma limitada). 


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