Alcohorexia y como tratarlo con la comida

 

La alcohorexia es un trastorno de la conducta alimentaria en el cual la persona remplaza las calorías de una comida por las calorías del alcohol buscando el equilibrio de la ingesta calórica para no aumentar el peso.

Las personas que padecen este trastorno tienden a suprimir la ingesta de alimentos horas o incluso días enteros antes del episodio de ingesta de bebidas alcohólicas, suponiendo un mayor riesgo a padecer un déficit de nutrientes en el organismo y dificultando un adecuado funcionamiento.

Se ha comprobado que consumir bebidas alcohólicas con el estómago vacío puede incrementar el riesgo de intoxicación etílica, conduciendo a consecuencias más graves como: deficiencias nutricionales, daños cerebrales y daños en distintos órganos del cuerpo, deterioro cognitivo, daños o lesiones corporales provocadas por un estado de embriaguez, etc.

Síntomas

Las siguientes conductas se observan por un periodo de, al menos, tres meses:

  •  Consumo en grandes cantidades de bebidas alcohólicas.
  • Saltarse comidas, restringir calorías o suprimir la ingesta de nutrientes.
  • Programar periodos de ayuno de 24 horas o más cuando se sabe que se va a consumir bebidas alcohólicas. 
  • Atracones de comida al menos una vez a la semana que posteriormente se compensan con el uso de laxantes, diuréticos o mediante el vómito, con la finalidad de purgarse.
  •  Preocupación excesiva por la apariencia física.
  • Miedo intenso a ganar peso.
  • Actitud depresiva o irritable.
  • Desagrado con la imagen corporal.

Tratamiento

Para tratar este tipo de patología suele combinarse la terapia psicológica, médica y nutricional, por lo cual será indispensable seguimiento por un equipo multidisciplinario. Involucra tanto la recuperación de un trastorno alimentario como el tratamiento del alcoholismo.

Más que nada consiste en cambiar las ideas del paciente  respecto a los alimentos.  Es importante trabajar con un profesional de la nutrición para desarrollar un plan de alimentación saludable y asegurarse de que la persona reciba los nutrientes necesarios para su cuerpo.

De las primeras cosas que se debe tratar es el consumo de alcohol. Es importante que la persona vaya a rehabilitación.

% de macro nutrientes:

  • HC: 50-55 (como los cereales o harinas integrales, las legumbres y las frutas y verduras. Se fomentará el consumo de estos carbohidratos con fuentes de fibra)
  • PS: 15-20% (seleccionando las de origen animal por ser de mejor calidad, por ejemplo: las carnes, el pescado y el huevo)
  • LP: 25-30%(preferentemente las que aportan ácidos grasos esenciales (aceite de oliva, aceites de pescado, frutos secos, aguacate)

Cuando el hígado presenta un daño irreversible por el exceso de consumo de alcohol, la dieta debe cambiar totalmente para tratar de mejorar la calidad de vida de la persona. Se recomienda una dieta hipoproteica, rica en fibra y antioxidantes, con un aporte moderado de sodio, debe ser con restricción de líquidos en caso de presentarse hiponatremia.

Recomendaciones: 

  • Se intentará que la alimentación sea lo más variada posible, que no sea monótona, ni repetitiva. Ésta es la clave para que una alimentación sea completa y equilibrada y garantice el consumo de todos los alimentos y sus nutrientes.
  • Al inicio del tratamiento, conviene empezar con la utilización de los alimentos menos rechazados, como las frutas, las verduras y las ensaladas.
  • A medida que progresan se incorporará de modo progresivo aquellos alimentos que habían eliminado por temor al valor energético o por la connotación que le han asignado.
  • Suplementos de multivitaminas y minerales
  • Disminuir ingestión de cafeína.
  • Los que mayor rechazo les ocasionan son los alimentos ricos en grasas, por lo que se empezará con el consumo de alimentos como la leche entera, sopa o batidos, donde la grasa no es tan evidente como en la mantequilla, los aceites, las carnes, la yema de huevo o los aderezos.
  • Se organizará un horario fijo de comidas para que sea más fácil cumplir con el plan de alimentación.
  • Se fraccionarán las comidas hasta que alcancen unas 4 ó 5 comidas al día, para que cada toma no sea muy abundante, ofreciendo platillos de poco volumen pero alto en kcal. 
  • Se aumentará poco a poco el tamaño de las raciones, para que el organismo empiece a recibir una mayor cantidad de nutrientes para recuperar sus funciones.
  • Se procurará que los pacientes participen a la hora de la comida de un entorno familiar habitual y que no intervengan en la elaboración de sus platos.
  • La terapia psicológica  puede ser útil para abordar los problemas subyacentes que pueden haber contribuido a la alcohorexia, como la baja autoestima o la ansiedad.

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