La vigorexia o dismorfia muscular es una alteración de la imagen corporal en la cual la persona no se lo suficientemente musculoso o fuerte, por lo que busca obsesivamente aumentar la masa muscular a través de ejercicio, dietas desequilibradas e incluso consumo de diversas sustancias potencialmente nocivas como esteroides anabolizantes, insulina, hormonas, suplementos alimentarios.
Es considerablemente más
frecuente en los hombres y su pico de inicio es a los 18 años.
Las consecuencias de este
trastorno alimenticio pueden ser tanto psicológicas como físicas. En el aspecto
mental, la continua insatisfacción con su cuerpo y las grandes exigencias del
día a día acaban con una autoestima muy pobre, aislándose del resto de
personas, y con una obsesión compulsiva por conseguir el cuerpo que desean,
aunque nunca creerán conseguirlo.
Cuando la práctica deportiva
es excesiva pueden surgir numerosos problemas, la sobrecarga de peso
en el gimnasio repercute negativamente en los huesos, tendones,
músculos y las articulaciones, sobre todo de los miembros inferiores, con desgarros
y esguinces.
La alimentación es
otro problema muy frecuente, ya que consumen muchas proteínas y carbohidratos y
poca cantidad de grasa en un intento de favorecer el aumento de la masa
muscular, ocasionándoles muchos trastornos metabólicos.
Con el uso de sustancias anabolizantes
se producen muchos trastornos en el organismo, como masculinización e
irregularidades del ciclo menstrual en las mujeres, acné, atrofia
testicular, disminución de la formación de espermatozoides y retención
de líquidos. También pueden
provocar insuficiencia renal y hepática; además, disparan
significativamente el riesgo de infarto y de accidente
cerebrovascular"
Factores de riesgo
Tener
una baja autoestima y un alto nivel de autoexigencia y un
comportamiento poco flexible.
Las
personas con personalidad obsesiva, en especial consigo mismas, así como
aquellas que sufren diversos problemas emocionales en sus relaciones
personales y profesionales son más propensas a desarrollar dismorfia
muscular.
Los
jóvenes con antecedentes sobrepeso u obesidad durante la
infancia tienen más riesgo de padecer el trastorno.
Es común que la padezcan aquellas personas que han
sufrido acoso escolar o bullying por su aspecto físico
durante la infancia.
Síntomas
- Obsesión por el entrenamiento, dejando de lado otros aspectos de la vida, como el ámbito social o laboral.
- Preocupación desorbitada por seguir una dieta bastante estricta.
- Comparación de su cuerpo con el de otras personas.
- Estrés por saltarse un entrenamiento o no cumplir la dieta correctamente.
- Preocupación extrema por su cuerpo, analizando diariamente su peso, músculos, etc..
- Tendencia a mirarse compulsivamente en espejos.
Tratamiento nutricional
Las personas diagnosticadas
con vigorexia deben cambiar el tipo de dieta que llevan hasta el momento. Se
debe reducir el consumo de proteínas, subir el consumo de grasas y dejar por
completo el uso de sustancias externas tóxicas. Este cambio de alimentación
debe hacerse poco a poco, para que la persona no se agobie, estrese o se sienta
frustrada, porque con ello únicamente se consigue el abandono del
tratamiento. La alimentación debe esta siempre basada en alimentos
reales y de calidad, teniendo variedad en los menús, incluyendo todos los
grupos de alimentos (como cereales, legumbres, frutas, verduras, lácteos,
carnes, pescados, huevos, frutos secos, semillas y aceites vegetales) para así obtener
todos los nutrientes.
Es fundamental respetar los
horarios de las comidas y evitar el ayuno prolongado o las ingestas
compulsivas.
También es importante que se
hidraten adecuadamente antes, durante y después del ejercicio físico. Además, moderar el consumo de alcohol, café,
té y otras bebidas estimulantes que pueden alterar el sueño y el apetito.
Así mismo, es importante
reducir el número de horas que la persona dedica a la práctica de ejercicio, y
sustituir esta actividad por otras de su agrado, en las que además se relacione
con otras personas, para que se vuelva a sentir incluido en la sociedad y
adquiera nuevos hábitos y aficiones, con el fin de conseguir que se reduzca su
obsesión por el culto al cuerpo.
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