Glutamina

La glutamina es uno de los 20 aminoácidos que intervienen en la formación de las proteínas. Es un aminoácido no esencial, es decir, el organismo tiene la habilidad de sintetizar. Tiene una composición característica, ya que presenta dos cadenas nitrogenadas (un grupo amino y otro amido). 

Aunque la glutamina se genera de forma natural por el organismo, su demanda aumenta como consecuencia del estrés mental y físico. Es decir, cuanto más estrés soporte una persona, mayor necesidad tendrá el organismo de la glutamina. Además, su producción disminuye con la edad, y en situaciones clínicas graves que cursan con una depleción marcada, puede llegar a ser considerado como condicionalmente esencial. 

Es el aminoácido más abundante en los grupos musculares, en el plasma sanguíneo, la médula espinal y el líquido cefalorraquídeo, y desempeña funciones imprescindibles en el organismo. De hecho, participa en el 60 por ciento de los procesos.

Fuentes alimenticias 

  • Carne

  • Pollo

  • Pavo

  • Cerdo

  • Lácteos

  • Salmón

  • Legumbres

  • Frutos secos

  • Espinacas

  • Perejil

  • Coles 

Funciones 

Su función principal es el transporte corporal del nitrógeno para que se puedan desempeñar las actividades metabólicas del cuerpo.

Es una fuente energética primordial, donando cadenas hidrocarbonadas sobre todo en músculo, linfocitos, riñón y células epiteliales intestinales.

La glutamina es capaz de disociar el amoniaco en los riñones, favoreciendo la eliminación del ácido y manteniendo el bicarbonato. Todo esto contribuye a que se puedan producir células cutáneas nuevas y se retrase el envejecimiento.

Es imprescindible para mantener una piel sana, tersa y elástica. Esta propiedad se va perdiendo con la edad puesto que dejan de producir los niveles de glutamina necesarios y el organismo los toma de las proteínas.

La glutamina es muy importante para los procesos de curación, ya que juega un papel fundamental en la reparación de los tejidos deteriorados. Además, protege los músculos al favorecer la síntesis proteica evitando el catabolismo.

La glutamina con la glucosa favorece la recuperación de glucógeno en músculos e hígado de forma más efectiva que la glucosa sola, una vez se hayan reducido o incluso agotado las reservas de glucógeno.

Además, la glutamina refuerza el sistema inmunológico y protege al organismo de posibles infecciones.

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