La sacarosa es el edulcorante más utilizado en el mundo industrializado, generalmente se extrae de la caña de azúcar, de la remolacha o del maíz y entonces es purificada y cristalizada. Otras fuentes comerciales son el sorgo dulce y el jarabe de arce.
La sacarosa proporciona el sabor dulce cuando se agrega a los alimentos, conservan la frescura y calidad del producto.
La sacarosa al ser un carbohidrato proporciona energía al cuerpo necesaria para estar activo y rendir adecuadamente a lo largo del día, su carencia incrementa el apetito y produce ansiedad, lo cual se puede apreciar con frecuencia en las dietas demasiado severas, y por eso es importante consumir sacarosa, aunque sea en pequeñas cantidades.
En la actualidad su disponibilidad es alta y su precio bajo, por lo que se sobrepasan con facilidad los límites razonables de su consumo. El consumo descontrolado produce una carga glucémica elevada, causando caries, diabetes tipo 2, obesidad, aterosclerosis, y otras patologías. Además hay personas que sufren intolerancia a la sacarosa, debido a la falta de la enzima sacarasa, y que no pueden tomar sacarosa, ya que les provoca problemas intestinales.
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