El glucógeno es un polisacárido formado por cadenas ramificadas de glucosa; y es la principal reserva energética en el cuerpo. Este se almacena sobre todo en el hígado y el músculo
Cuando el organismo requiere de un aporte energético al realizar algún esfuerzo físico, el glucógeno se degrada nuevamente a glucosa, así el cuerpo vuelve a tener energía disponible y evita la fatiga y cansancio.
La conversión glucógeno a glucosa está regulada por la hormona glucagón. El glucógeno hepático es la principal fuente de glucosa sanguínea, sobre todo entre comidas. El glucógeno contenido en los músculos abastece de energía el proceso de contracción muscular.
Luego de una actividad extenuante como alguna rutina de ejercicio o un trabajo pesado de larga duración es importante recuperar los niveles de glucógeno, y lo ideal sería consumir alimentos ricos en carbohidratos como:
Frutas sobre todo el plátano o las uvas
Lácteos
Cereales integrales y derivados
Legumbres
Tubérculos como la papa o el camote
Miel
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