La fibromialgia es un trastorno crónico que causa dolor y sensibilidad en todo el cuerpo, además las personas con esta afección son más sensibles al dolor y presentan fatiga y problemas para dormir.
Los médicos no comprenden completamente qué causa la fibromialgia, pero si se tiene otras enfermedades, especialmente enfermedades reumáticas, trastornos del estado de ánimo o afecciones que causan dolor, es más probable la aparición de fibromialgia. Estas enfermedades incluyen:
- Artritis reumatoide,
- Lupus eritematoso sistémico
- Espondilitis anquilosante,
- Osteoartritis
- Depresión o ansiedad
- Dolor de espalda crónico
- Síndrome del intestino irritable
Aunque la fibromialgia tiende a ser hereditaria, el trastorno también se presenta en personas sin antecedentes familiares.
Síntomas
Los síntomas comunes de la fibromialgia incluyen:
- Dolor y rigidez en todo el cuerpo
- Fatiga y cansancio
- Problemas con el pensamiento, memoria y concentración
- Depresión y ansiedad
- Dolores de cabeza, incluyendo migrañas
- Adormecimiento u hormigueo en manos y pies
- Dolor en el rostro o mandíbula
- Estreñimiento, exceso de gases
- Náusea
- Problemas para dormir
- Irritabilidad
- Menstruación dolorosa
- Sensibilidad al frío
Tratamiento nutricional
En general, una alimentación rica en proteína de origen vegetal, vitaminas, minerales, antioxidantes, grasas saludables y fermentados, facilitan el proceso antiinflamatorio, aporta bacterias saludables a la microbiota del intestino y ayuda a relajar la musculatura.
Los alimentos más recomendados son las frutas y verduras frescas, leguminosas, semillas, frutos secos, aceites vegetales, cereales libres de gluten y derivados (maíz, arroz, tapioca, mijo, quinua y amaranto), carnes blancas, como pollo, pavo, huevos y pescados, sobre todo azules .
Hay ciertos alimentos que es recomendable evitar en caso de padecer fibromialgia. como son, productos de pastelería, bollería, golosinas, comida procesada, light, comida enlatada, congelada, fiambres grasos, bebidas alcohólicas, el café, chocolate, alimentos con gluten (trigo, centeno, cebada, avena y derivados) , lácteos y carnes rojas.
Nutrientes a procurar
Triptófano. Ayuda contra los trastornos del sueño, el triptófano se convierte en serotonina, que ayuda a sentirse relajado y somnoliento. Fuentes: huevos, el amaranto, la leche, los cereales integrales, los dátiles, las semillas de ajonjolí, los garbanzos, las semillas de girasol y calabaza, los cacahuetes, los plátanos, la calabaza y la espirulina.
Carbohidratos complejos. Ayuda a la absorción adecuada de triptófano, aumentando así los niveles de serotonina. Fuentes: pan, pastas, papa, leguminosas, semillas, frutos secos, vegetales y cereales como el arroz, maíz y amaranto.
Ácidos grasos omega 3. Estas grasas antiinflamatorias pueden mejorar los síntomas, incluyendo rigidez, sensibilidad en articulaciones y fatiga. Fuentes: pescados grasos, mariscos, verdolagas, semillas de linaza, nueces, semillas de chía, soya y tofu, aceites de canola, de linaza y soya.
Vitamina B12 (cobalamina). La deficiencia de esta vitamina se asocia con la fatiga, consumir alimentos ricos en vitamina B 12, puede ayudar a minimizar la fatiga y la depresión. Fuentes: aves, pescado y huevo.
Vitaminas B1 (tiamina), B2 (riboflavina) y B6 (piridoxina). Son vitales para combatir la fatiga, pues ayudan al cuerpo a producir energía. Fuentes de la vitamina B1 (tiamina): aves, huevo, granos enteros, leguminosas, frutos secos y semillas. Fuentes de la vitamina B2 (riboflavina): huevo, verduras de hoja verde, calabacitas, champiñones, ejote, leguminosas, frutos secos y semillas. Fuentes de la vitamina B6 (piridoxina): aves, pescado, huevo, granos enteros y cereales fortificados, maíz, aguacate, plátano, chícharos, papa y nueces.
Vitamina C. Refuerza el tejido conectivo de las articulaciones, tiene acción antioxidante y puede inhibir la inflación. Fuentes: todas las frutas y verduras frescas.
Vitamina D. Tiene acción antiinflamatoria e inmunoestimulante. Fuentes: el sol, atún, salmón, queso, yemas de huevo y los champiñones contienen cantidades pequeñas de esta vitamina, alimentos fortificados.
Vitamina E. Potente antioxidante que puede aliviar el dolor y la rigidez de las articulaciones. Fuentes: aceites vegetales, frutos secos y semillas, vegetales de hoja verde, yema de huevo y generalmente los cereales para el desayuno, jugos de frutas y margarinas son enriquecidos con esta vitamina.
Selenio. Incrementa las acciones antioxidantes de la vitamina E y ayuda a reforzar el glutatión peroxidasa, una importante enzima que combate la inflamación. Fuentes: pescados, aves, leche, verduras, cereales, frutos secos y semillas.
Magnesio. Este mineral desempeña un papel significativo en la producción y transporte de energía, en contracción y relajación de los músculos, ayudando a disminuir la sensibilidad en los músculos. Fuentes: verduras de hoja verde oscura, leguminosas, frutos secos y semillas, plátanos, chabacano secos y el aguacate, productos de soja, granos enteros.
Bromelaína. La enzima de la piña disminuye la inflamación, posiblemente porque impide la formación de compuestos inflamatorios.
Flavonoides. Refuerzan el tejido conectivo y controlan la inflamación. Fuentes: frutas, verduras, granos, té.
Shogaoles, gingeroles y curcumina. Los shogaoles y gingeroles se encuentran en el jengibre, y la curcumina se encuentra en la cúrcuma, estos compuestos muestran una poderosa actividad antioxidante y se cree que suprime el desarrollo de los compuestos inflamatorios.
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