Síndrome fatiga crónica (SFC) y como tratarlo con la comida

Es un cansancio intenso y continuo que no se alivia con el descanso y no es causado directamente por otras enfermedades. La fatiga  abrumadora y persistente  a menudo dura por lo menos seis meses e interfiere de manera significativa en la vida diaria.

Causas
La causa del SFC se desconoce, abundan  las conjeturas  médicas, incluyendo propuestas que relacionan el SFC con el virus Epstein-Barr, alergias, enfermedad de Lyme, función metabólica deteriorada, presión arterial baja,  disfunción de la glándula suprarrenal , anomalías inmunológicas, enfermedad gripal,  trastornos neurológicos, enfermedades reumáticas, trastorno del sistema nervioso central,  trastornos autoinmunológicos, problemas hormonales  y algunas medicaciones.
También puede intervenir en la aparición del SFC la edad, una enfermedad previa, el estrés, la genética y factores ambientales.

Tratamiento nutricional
Nutrientes a procurar:

Cinc. Los alimentos en cinc pueden ayudar a que el sistema inmunológico trabaje adecuadamente, si este está sano podría detener ciertos virus.  Fuentes: vísceras, pescado, almejas,  aves, huevos, lácteos, leguminosas,  cereales, frutos secos,  y semillas.

Magnesio.  Este mineral desempeña un papel significativo en la producción y trasporte de energía, también ayuda a la contracción y relajación de los músculos, lo cual es importante, ya que quien padece de SFC sufre de sensibilidad en los músculos.  Fuentes: verduras de hoja verde oscura, leguminosas, frutos secos y  semillas, frutas plátanos, chabacano   secos y el aguacate, productos de soya granos enteros y la leche.

Triptófano. Aunque unos de los principales síntomas del SFC es la fatiga, muchas personas que lo padecen suelen tener crisis de insomnio. El triptófano es convierte en serotonina, que ayuda a sentirse relajado y somnoliento.   Fuentes: huevos, el amaranto, la leche, los cereales integrales, el chocolate, la avena, los dátiles, las semillas de sésamo, los garbanzos, las semillas  de girasol y calabaza, los cacahuetes, los plátanos, la calabaza y la espirulina.

Carbohidratos  complejos. Ayuda a la absorción adecuada de triptófano, aumentando así los niveles de serotonina. Fuentes:  pan, las pastas, las papa, leguminosas, oleaginosas, vegetales y cereales como el arroz, maíz trigo centeno, cebada, avena, amaranto,

Vitamina B12 (cobalamina). La deficiencia de esta vitamina se asocia con la fatiga, consumir alimentos ricos en  la vitamina B 12, puede ayudar a minimizar la fatiga y depresión del SFC.  Fuentes: carne roja, viseras sobre todo hígado de res, aves, pescado, mariscos, huevo y lácteos.

Vitaminas  B1 (tiamina), B2 (riboflavina) y B6 (piridoxina). Son vitales para convertir la fatiga, pues ayudan al cuerpo a producir energía.  Fuentes de la  vitamina  B1 (tiamina): carne roja, viseras, mariscos,  aves, lácteos, huevo,  granos enteros, leguminosas,  frutos secos y semillas. Fuentes de la  vitamina   B2 (riboflavina):   carne roja, viseras,  lácteos, huevo,  verduras de hoja verde, calabacitas, champiñones, ejote,  leguminosas, frutos secos y semillas. Fuentes de la  vitamina  B6 (piridoxina): carne roja, aves, pescado, huevo, granos enteros y los cereales fortificados, maíz, aguacate, plátano, chicharos, papa y nueces.

Vitamina C. Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, para que este detenga  ciertos virus. Fuentes: todas las frutas y verduras frescas contienen esta vitamina. 

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