El té e infusiones en el embarazo

El té y las infusiones en general  son bebidas que hay que tomar con precaución si se está embarazada. Aunque por regla general no causan ningún tipo de daño  siempre y cuando no  se  tomen en exceso.  Está bien  tomar  una o dos tazas al día. Procurar  no tomar siempre el mismo tipo de  té e infusión. Estas bebidas contienen las mismas sustancias químicas que los remedios hechos a base de plantas medicinales.  Es  importante  conocer la composición de cada té o infusión, saber de qué hierba procede y qué propiedades tiene, para elegir la  más conveniente durante el embarazo.  Si se saben elegir y preparar  bien pueden llegar a proporcionar una fuente adicional de nutrientes como el calcio, el magnesio, y el hierro.

El té verde o el té negro son los más habituales durante el embarazo, especialmente si se toman descafeinados. También resulta una buena elección por sus propiedades beneficiosas las infusiones de  té rooibos, jengibre, hierbabuena,  tomillo, la flor de azahar,  jazmín y  el té blanco.

El té rooibos contiene antioxidantes que estimulan las defensas, que suelen estar bajas durante las primeras etapas del embarazo.

El té verde, por su parte, también es rico en antioxidantes que protegen el ADN de daños y favorecen un buen desarrollo del bebé. Es recomendable no dejar mucho tiempo la bolsita o las hierbas en el agua caliente, ya que así se evita que amarguen el sabor demasiado y que aumente el nivel de cafeína. Pero hay que  tomar en cuenta que impide la absorción de hierro y calcio durante el embarazo.  Además, el té verde y el té rojo tienen propiedades estimulantes que podrían llegar a provocar contracciones tempranas. El té negro es en realidad la variedad más inofensiva de té que se puede tomar durante el  embarazo. Sin embargo, como contiene cafeína, se deben  limitar la cantidad, pues esta sustancia puede traspasar la placenta y afectar el ritmo cardíaco del bebé. 

Suele ser inofensivo (una taza al día)  el té verde o negro y con la hierba mate, una infusión al día no perjudica a la madre ni al feto, pero es mejor tomar estas infusiones descafeinadas, así la seguridad aumenta,  igual ocurre con el café. 

Algunas  infusiones hechos con hierbas que, si se toman en exceso, pueden estimular el útero y llegar a producir un aborto. Entre los principales tés no recomendables durante el embarazo encontramos los tés de anís, gatera o nepeta, consuelda o sínfito, popotillo o canutillo, muérdago, manzanilla, flor de jamaica, marrubio o masto, té de labrador, hierba Luisa, raíz de regaliz, estafiate, poleo, hojas de frambuesa, romero, eucalipto, salvia, té de boldo,  sasafras, ortiga,  valeriana,  vetiver y milenrama.

La infusión  de hojas de salvia contiene una sustancia tóxica llamada tujona, la cual se ha vinculado a abortos espontáneos e hipertensión arterial. El té de hojas de perejil, si se toma en grandes cantidades, también puede aumentar el riesgo de un aborto espontáneo, además de afectar el desarrollo del bebé. Sin embargo, sí puedes continuar usando cantidades moderadas de perejil o salvia como sazón al cocinar, tanto en hojas frescas como secas. 

Algunos expertos sugieren no tomar mucha manzanilla durante el embarazo. Aunque es poco frecuente, hay un vínculo entre el consumo excesivo de este  y problemas circulatorios en bebés. 

Algunas mujeres toman té de hoja de frambuesa al final del embarazo (de las 32 semanas en adelante) para ayudar a preparar el cuerpo para el nacimiento del bebé. Se cree que este té ayuda a tonificar los músculos del útero preparándolos para el parto, esto podría desencadenar fuertes contracciones, causándole sufrimiento al bebé durante el parto.



En cualquier caso, cuando surja alguna duda respecto a la conveniencia o no de tomar alguna planta en infusión, es mejor evitarla, lo ideal es consultar al médico las hierbas que él recomienda, de esta manera no habrá ningún peligro.

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